lunes, 25 de abril de 2016

Embrollo banderil global

   Sabemos ya cómo hay que colocar las banderas en casa. Es decir, que sabemos manejar las nuestras. Somos unos expertos identificando su precedencia entre nacional, autonómica y local, y si han de colocarse en alternancia o en línea según donde esté la entrada, que las corporativas van aparte, y que las autonómicas asumen el orden de aprobación de los Estatutos de Autonomía. Pero... ¿sabemos bregar con banderas extranjeras? ¿Cómo se decide el orden en que ondean? Lío de dimensiones internacionales que pueden poner en un brete las relaciones diplomáticas, en algunos casos susceptibles.



   En algunas ocasiones, ya está previsto ese orden y podemos respirar aliviados. Algunos ejemplos:

· ONU. Preside la bandera de la Organización de las Naciones Unidas y las demás, ubicadas según el nombre en inglés de cada país en orden alfabético. Así, la de España (Spain) se ubica después de la de Sudáfrica (South Africa).



· UE. Siguen las banderas el orden protocolario de los países de la Unión Europea, que los enumera por orden alfabético de sus nombres en la respectiva lengua vernácula. En este caso, España (España) sigue a Grecia (Ελλάδα). Tradicionalmente, el primer puesto es para la bandera del país que ostenta la presidencia del Consejo de la Unión Europea ese semestre (a día de hoy, es Holanda).



· OTAN. Preside la bandera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, seguida de la bandera del Estado anfitrión y de las demás banderas nacionales en orden alfabético inglés o francés, según la tradición del lugar donde esté la oficina, sede o jefatura. La bandera de España podría ir, pues, detrás de la de Dinamarca (si el idioma a aplicar es el francés: Danemark, Espagne) o de la de Eslovenia (si el idioma es el inglés: Slovenia, Spain).



· OEA. La Organización de los Estados Americanos permite diversas opciones: o bien se colocarían todas las banderas en orden alfabético del nombre de cada país en español, o bien en el orden de precedencia establecido por sorteo para la asamblea en cuestión. En principio, la bandera de la OEA ondea de última, salvo que el país sede quiera darle la relevancia de que ondee junto a la suya, en el centro. Si las banderas siguen el orden alfabético, y no el establecido por sorteo para los países, la bandera de Estados Unidos no sucede a la de Trinidad y Tobago (como haría si tomamos el nombre "United States"), sino a la de El Salvador.



· JJOO. En los ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos, la bandera más importante (y también de mayor tamaño) es la bandera olímpica. Las de los países participantes cumplen la siguiente precedencia: primero la de Grecia y después de las de los países por orden alfabético de sus nombres en el idioma del país anfitrión, cuya bandera es la última. Es decir, en los inminentes Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la bandera de España (Espanha) iría en pos de la de Eslovenia (Eslovênia), cerrando el desfile la de Brasil.



   En otros casos, no existe una regulación a la que nos podamos agarrar cual clavo ardiendo, aunque por lo general se aplicará el criterio alfabético. Así pues, cuando tengamos que colocar banderas de otros países en un acto celebrado en territorio español, sabiendo que la regla indica que "en primer lugar, ondeará la bandera de España y después las banderas de los otros países según criterios internacionales", podremos aplicar alguno de estos criterios cuando también sean aplicables a esos países, por ser también estados miembros de la organización internacional a la sazón. De no existir criterio común, habrá de estarse a lo negociado por los departamentos de protocolo implicados, siempre en aras de establecer una precedencia fundamentada en criterios de respeto a todas las naciones participantes.

   Como siempre, en el medio está la virtud.

   
Imágenes de Google y Wikipedia






sábado, 23 de abril de 2016

Mucho ruído... y protocolo también.

   Acepto el reto de ProtocolBloggersPoint. Ya que se honra a los máximos exponentes de los idiomas español e inglés, he intentado encontrar pasajes donde se trate el ceremonial, pero también se dé una conexión entre ambas naciones. Como en Gabinete de Protocolo se me han adelantado para mencionar una de las "Novelas Ejemplares" de Cervantes que cumpliría perfectamente ese cometido, "La española inglesa", he meditado un poco más y recordé que en la hilarante y mordaz "Mucho ruido y pocas nueces", dos príncipes de Aragón son elegidos por el dramaturgo inglés para formar parte de su elenco.

Hoy se conmemora el cuarto centenario de la muerte de ambos genios de la literatura universal.

   Así pues, primera intención cumplida. Sólo resta encontrar momentos o referencias protocolarios y ceremoniosos, para satisfacer el citado desafío planteado por "las pebeperas". No hay demasiados, y no están profusamente descritos, al tratarse de una obra de teatro en vez de una novela, pero algunos podemos encontrar.

   - El recibimiento: Dos príncipes de Aragón llegan a casa del gobernador de Mesina (Sicilia) y éste sale de su morada a recibirlos, como aconseja la dignidad de aquéllos.

MENSAJERO.—Don Pedro se acerca. 
(Entran DON PEDRO, DON JUAN, CLAUDIO, BENEDICTO, BALTASAR y otros). 
DON PEDRO.—Querido signior Leonato, salís al encuentro de vuestra incomodidad. La costumbre del mundo es evitar gastos, y vos vais en busca de ellos. 
LEONATO.—Jamás entró en mi casa la incomodidad en figura de vuestra gracia, pues cuando la incomodidad se marcha, el bienestar se queda; pero cuando vos me abandonáis, la tristeza permanece y la ventura es la que nos da su adiós. 
DON PEDRO.—Aceptáis vuestra carga demasiado gustosamente.

Primera página de la edición de 1600


   - La precedencia: El gobernador, como anfitrión, quiere ceder la entrada primero a su ilustre visitante, quien declina el privilegio y opta por que entren juntos.

DON PEDRO.—He aquí el resumen de todo, Leonato: signior Claudio y vos, signior Benedicto, mi querido amigo Leonato nos invita a todos. Le he comunicado que nos quedaremos aquí un mes cuando menos y él desea cordialmente que algún acontecimiento prolongue nuestra estancia. Me atrevo a afirmar que no es hipócrita, sino que lo desea de corazón. 
LEONATO.—Si lo jurarais, señor, no juraríais en falso. (a DON JUAN.) Permitidme que os dé la bienvenida, señor. Habiéndoos reconciliado con el príncipe vuestro hermano, os debo toda clase de atenciones. 
DON JUAN.—Os lo agradezco. No soy hombre de muchas palabras, pero os lo agradezco. 
LEONATO.—¿Place a vuestra gracia pasar el primero? 
DON PEDRO.—Vuestra mano, Leonato; pasaremos a la vez. 

Un baile de disfraces en honor de los ilustres invitados da comienzo al enredo.
Escena de la película de MGM.

   - Los tratamientos: al príncipe de Aragón, ya hemos visto, le llaman "Vuestra gracia", pero también, lógicamente, "Vuestra alteza". A Claudio se le llama directamente "conde" y al gobernador, "signior".

(Vuelve a entrar DON PEDRO). 
DON PEDRO.—¿Qué secreto os detiene aquí que no habéis acompañado a Leonato a su casa? BENEDICTO.—Quisiera que vuestra alteza me constriñese a hablar. 
DON PEDRO.—Te lo ordeno por tu obediencia de súbdito. 
BENEDICTO.—Ya lo oís, conde Claudio. Puedo guardar un secreto como un mudo; estad convencido de ello. Pero la obediencia... Fijaos bien; se trata de la obediencia... Está enamorado. ¿De quién? Eso es lo que debe preguntarme ahora vuestra gracia. Advertid cuán breve es la respuesta: de Hero, la hija menor de Leonato.

"Claudio, deceived by Don John, acuses Hero"
Marcus C. Stone
 
  - Etiqueta nupcial: se describe perfectamente el vestido de novia de Hero.

MARGARITA.—Hallaría precioso este nuevo añadido, si el cabello fuera un poco más oscuro. En cuanto al vestido, a fe que está confeccionado a la última moda. He visto el de la duquesa de Milán, que tanto ensalzan. 
HERO.—¡Oh! Dicen que excede a toda ponderación. 
MARGARITA.—Por mi fe, es una bata de noche al lado del vuestro: tela de brocado, acuchillada, con pasamano de plata, guarnecida de perlas, con manga al costado y manga perdida; la falda, orlada con brocadillo azulado; pero en cuanto al corte fino, singular, gracioso y elegante, el vuestro es diez veces preferible. 
HERO.—¡Dios me dé alegría para lucirlo! 

Diseño de vestuario para el vestido de novia de Hero.
Shakespeare Company.

   - Cortejo nupcial: los novios no llegan por separado a la iglesia, sino que los caballeros vienen a recoger a la novia a su casa y luego van todos hacia el templo.

ÚRSULA.—Daos prisa, señora. El príncipe, el conde, el signior Benedicto, don Juan y todos los galanes de la ciudad vienen por vos para llevaros a la iglesia. 
HERO.—Ayudadme a vestir, querida prima, querida Marga, querida Úrsula. (Salen.) 
(Entra un MENSAJERO.) 
MENSAJERO.—Señor, os aguardan para que entreguéis vuestra hija a su esposo. 
LEONATO.—A sus órdenes. Voy ahora mismo. (Salen LEONATO y el MENSAJERO.) 

Boda de Claudio y Hero. La presencia de Don Juan (Keanu Reeves) es clave.

   - Protocolo funerario: para que el conde Claudio le devuelva la conducta póstumamente a Hero, queda claro cómo ha de hacerse. Primero, panegírico reparador de su honra y después, himno solemne. Al llegar el alba, se termina la vigilia por Hero.

(Interior de una iglesia. Entran DON PEDRO, CLAUDIO y acompañantes, con música y cirios.) 
CLAUDIO.—¿Es éste el mausoleo de Leonato? 
UN SEÑOR.—Éste es, señor. 
CLAUDIO.—(Leyendo un rollo.) Muerta por lenguas calumniadoras fue la Hero que aquí yace: la muerte, en recompensa con sus agravios, le otorga fama inmortal. Así, la vida que murió con la infamia, vive en la muerte con fama gloriosa. Pende aquí, sobre la tumba, para loarla cuando yo enmudezca. Ahora, músicos, tocad y cantad vuestro himno solemne.
CANCIÓN Perdona, diosa de la noche, a aquellos que mataron a tu doncella andante; por ello con cantos de dolor se reúnen en torno de su tumba. Medianoche, asóciate a nuestros lamentos; ayúdanos a suspirar y a gemir, tristemente, tristemente. Tumbas, abríos y ceded vuestros muertos, hasta que la muerte sea manifestada, tristemente, tristemente. Ahora, ¡buenas noches a tus restos! Todos los años cumpliré este rito fúnebre. 
DON PEDRO.—Buenos días, maeses. Apagad vuestras antorchas. Los lobos han hecho ya sus presas, y, mirad, el día gentil, nuncio de las ruedas de Febo, varetea de manchas grises el Oriente adormecido. Gracias a todos, y dejadnos. 

"The penitent Claudio, Don Pedro, etc. at the supposed tomb of Hero".
Alexandre Bida.

   - Reverencia: dejo para el final una de las más icónicas parrafadas de Beatriz, donde, además, se trata la reverencia que hará la hija a su padre, respondiendo a sus consejos. Un tanto irónicamente, eso sí.

ANTONIO.—(a HERO.) Bueno, sobrina; confío en que os dejaréis guiar por vuestro padre. 
BEATRIZ.—Sí, a fe; el deber de mi prima es hacer una reverencia y decir: «Como os guste, padre». Pero, sobre todo, prima, que sea buen mozo; o de lo contrario, haced otra reverencia y decid: «Padre, como a mí me guste». 

"Beatrice overhears Hero and Ursula"
John E. Sutcliffe.

   Así pues, incluso en una comedia romántica de enredo con tintes de melodrama y donde lo más abundante son los diálogos lacerantes entre Benedicto y Beatriz, no se puede evitar encontrar alguna que otra pincelada protocolaria. Otro atractivo más para adentrarse en su trama.

   En cualquier caso, lo importante es disfrutar de las obras, clásicas o no, cómicas o no, puesto que todas son cultura y proporcionan unos niveles de entretenimiento más allá de toda duda. Y no han sido pocos los que han encontrado su vocación leyendo un libro. Sin ir más lejos, mi devoción por el mundo protocolario nació con "El protocolo hoy" de María Rosa Marchesi, como ya he dicho infinidad de veces. Así pues... ¡feliz Día del Libro, y felices momentos en compañía de nutridas páginas!

   Como siempre, en el medio está la virtud.

Imágenes de Google.





domingo, 10 de abril de 2016

Paso a paso de una parada militar

   Resulta que los Lunes Santos hay una tradición en Lugo que cuenta ya con más medio siglo de antigüedad: la Armada acompaña a la Virgen de la Esperanza en su procesión por las calles de la ciudad amurallada. Cuando se constituyó la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza de Lugo, decidieron nombrar Hermano Mayor Honorario a la Armada Española. Desde entonces, una unidad de honores de Infantería de Marina venida del Arsenal de Ferrol acompaña, pues, cada Semana Santa a esta imagen, convirtiéndola en la procesión insignia de todas las de Lugo.

   Por esto, cada Lunes Santo a las 12 del mediodía, la corporación municipal de Lugo recibe a la Marina y ésta desfila ante el Ayuntamiento, edificio que data del siglo XIV, aunque luce su actual aspecto desde la reforma de 1735, pasando a ser una joya del barroco civil en Galicia. Este año, el tiempo acompañó y se pudo disfrutar de un formidable desfile presidido por Su Excelencia el Vicealmirante José Francisco Javier Romero Caramelo, Almirante Jefe del Arsenal Militar de Ferrol, y perfectamente organizado (como siempre pasa con los militares y los eclesiásticos, las cosas como son). En el desfile participó también la enseña nacional, lo que tiene su importancia, como ahora veremos. 


   Se considera que los poderes civiles tienen mayor precedencia que los militares, en tanto que electos. Por eso los primeros en llegar a la plaza fueron los miembros de la unidad de honores, después el Almirante Jefe, luego los concejales lucenses y, por último, Su Excelencia Doña Lara Méndez, la Alcaldesa de Lugo. En mi opinión, los concejales deberían haber llegado después de los marinos y estar ya esperando al Almirante Jefe, y así se habría dado una alternancia equitativa entre rangos: menor militar, menor municipal, máximo militar y máximo municipal. Pero del modo en que se hizo se consiguió que los concejales fueran presentados por la Alcaldesa al Almirante Jefe, lo cual resultó estéticamente apropiado.

   Paso a paso, esto es lo que pasó:


Llega la unidad. Se ve el podio desde donde Alcaldesa y Almirante Jefe presidirán el desfile

Todos en formación. Llega el Almirante Jefe.

El Almirante Jefe recibe honores de ordenanza:
fanfarria y saludo del estandarte, que él devuelve

El Almirante Jefe pasa revista a la tropa.

Mientras la corporación lucense sale a la plaza, el Almirante recibe bastón de mando.

Tras haberle presentado a los concejales, la Alcaldesa ocupa podio junto al Almirante Jefe,
teniendo ella el puesto de honor dentro de la presidencia.

Llega la bandera nacional, siendo recibida por estandartes en alto y arma presentada.

Mientras la bandera ocupa su lugar de preeminencia, el Almirante Jefe la saluda.

Honores a la bandera: himno nacional en versión larga, arma presentada,
estandartes en alto y saludo del Almirante Jefe.

Dos oficiales llevan una corona en homenaje a los caídos hasta una cruz
que está al otro lado de la plaza, al son de "La muerte no es el final".

La Alcaldesa y el Almirante Jefe se dirigen hasta la cruz, toman la corona y la depositan a su pie mientras los estandartes se cruzan sobre ellos, durante la oración del Capellán Castrense.

Justo en el mismo segundo en que acababa el toque de oración,
con precisión insuperable, hubo una descarga de fusilería para honrar a los caídos.

Finalizado el homenaje a los caídos, presidencia y estandartes recuperan su puesto.

Cuando ya ha llegado a su puesto el último estandarte,
la banda toca el "Himno de la Armada", que toda la tropa canta.

La bandera nacional se dispone a retirarse, y volverá a recibir honores.

La bandera abandona la plaza al son del himno nacional, recibiendo el saludo del Almirante Jefe,
estando los estandartes en alto, y las armas presentadas.

Un saludo a Alcaldesa y Almirante Jefe pone fin al acto.

La tropa se ha desplazado al fondo de la plaza para hacer su desfile de retirada,
y podemos ver la precedencia de las autoridades: a la derecha del podio (con menos precedencia) hay miembros de la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza y Oficiales de Infantería de Marina; a la izquierda (mayor precedencia) está la corporación local de Lugo.

Desfile de retirada, con saludo a Alcaldesa y Almirante Jefe, quien devuelve el saludo.
Horas más tarde, pasarán por esa misma plaza en la procesión de la Esperanza.

El Almirante Jefe coloca una gorra sobre un cojín de terciopelo verde,
a los pies de la Virgen de la Esperanza.

La Virgen de la Esperanza, escoltada por el piquete de honor, a punto de retirarse.
Como despedida, la tropa le cantará la "Salve Marinera", momento álgido de la procesión.

   La precisión, la eficiacia y la profesionalidad con la que los miembros de Infantería de Marina de Ferrol llevan a cabo estos actos en Lugo sirven para poner aun más en valor, si cabe, el hermanamiento que une a las dos urbes desde 1906. Y a mí me hacen desear que los actos civiles se tomen tan en serio como lo hacen ellos. Sé, no obstante, que los poderes políticos no tienen ese respeto por el ceremonial, y hay que ir asumiéndolo, por más triste y desalentador que sea. No obstante, ya que hablamos de la Virgen de la Esperanza, permítanme que no pierda la esperanza de ver un día al protocolo en el puesto que merece por lo útil que resulta para transmitir mensajes a la sociedad, la dignidad que confiere a todo lo que toca y lo necesario que es para que los intervinientes de un acto lo disfruten cómodamente y sin agobios.

   Como siempre, en el medio está la virtud.



sábado, 2 de abril de 2016

Indisolubilidad indeseable

   ¿Cuántas veces hemos oído que el protocolo es la representación plástica del poder? ¿Cuántas veces me he quejado en esta misma bitácora, y con razón, de que el protocolo está excesivamente politizado? ¿No he repetido hasta la saciedad que el protocolo y sus normas son una entidad aséptica, apolítica, neutral, que busca la comodidad de los actuantes en un lugar y un tiempo concretos, de modo que el mensaje que se quiere transmitir se lance de un modo adecuado y digno? Pues, cosa increíble, parece que no queda claro, todavía. Y la actualidad no deja de darme tristes ejemplos de ello.

Quousque tandem, Politica, abutere patientia nostra?


   No hace mucho vivíamos con estupefacción la falta de elegancia y hasta de modales básicos durante la colocación de una primera piedra en Vigo. Ignoro quién organizó el acto y sufragó los gastos de la ceremonia y quién va a pagar la contrucción o remodelación del edificio en cuestión. Lo único que sé es que la actitud de los presentes fue esperpéntica. No sé si el concejal vigués tenía razón en sus reclamaciones ni me meto en si la Presidente de la Diputación de Pontevedra debería haber formado parte de una terna que introdujese los elementos en la cápsula del tiempo, porque depende de quién apoquina, como siempre, y no dispongo del dato como para emitir un juicio válido. Ahora bien, lo que sí puedo decir sin miedo a equivocarme es que las formas no fueron ni mínimamente aceptables, que la tensión que se generó deslució absolutamente el acto que celebraba algo tan necesario para Vigo, según ellos mismos, y que la Presidente de la Diputación no se puede arrogar la representación del Alcalde de la ciudad olívica así por las buenas, cosa que hizo. La política pisoteó al protocolo.

La Ministra de Fomento ofreciendo a la Presidente de la Diputación
las monedas para que las introdujese en la caja de metacrilato.


   Poco tiempo después, muchos municipios, principalmente de Galicia, decidieron retirar la bandera europea de sus fachadas, en protesta por las decisiones comunitarias respecto a los refugiados sirios. Una vez más, me abstengo de valorar lo acertado de la medida europea, ni lo ofendido que se pudiera sentir el ciudadano por ver retirada la bandera comunitaria. Protocolariamente, la bandera europea es un símbolo no regulado, para cuyo uso sólo se recomienda que ondee en todos los edificios públicos de los Estados miembros los días 25 de marzo y 9 de mayo. Fuera de eso, su colocación o retirada es libre. Ahora bien, si la retiran, deben de asegurarse de que las demás banderas estén colocadas según su precedencia. Y deben retirarla, nunca arriarla a media asta, como hicieron algunos consistorios, puesto que ello sólo es posible ante declaraciones oficiales de luto, y no era el caso. La política pisoteó el protocolo, otra vez.

No habría habido problema si, en este caso, en Valdemorillo la hubieran retirado,
pero hacerla ondear a media asta no es protocolariamente correcto, al no haber luto oficial



   El ejemplo más reciente fueron las declaraciones del Ministro de Exteriores en funciones, al que comúnmente se le conoce como Sr. Margallo. Preguntado por su ubicación en un determinado lugar, alegó que "fue un problema de protocolo" y que "los de protocolo" lo habían sentado allí y él obedeció mansamente, y gastó la misma broma que el Papa Francisco hace dos años: "Usted ya sabe en qué se diferencian los de protocolo y los terroristas: en que con los terroristas se puede negociar". Esta frase ofendió en lo más hondo a muchos de mis compañeros. A mí, no, personalmente. Es más, me la tomo como un halago, porque demuestra cuán en serio nos tomamos nuestra labor y, sobre todo, y esto es lo importante, cuán superior es el protocolo a la negociaciones que torticeramente pretenden los políticos sobre "sentadme más arriba" o "ponedme al lado del Presidente" o "dadme el puesto que correspondería al señor que yo represento aunque la norma diga que me debería quedar en mi puesto y ya" o "dejadme poner esta bandera por delante de esta otra, aunque la norma obligue a la posición opuesta". No, aquí no se trató de un "problema" de protocolo, sino seguramente de una "cuestión" de precedencias, que no es lo mismo. 

El Sr. García-Margallo, en su aparición televisiva donde demostró lo poco que
sabe sobre el protocolo y su propia precedencia según el artículo 10 del RD 2099/1983.


   Lo que sí me pareció rayano en lo denigrante fue su insinuación de que los protocolistas sólo sentamos a la gente,... y ya. Cuando un tertuliano adujo oportunamente que el protocolo es la manera de facilitar las cosas para que todo el mundo sepa lo que tiene que hacer, él respondió que eso era mérito de la diplomacia. Supongo entonces que, en opinión del Sr. Margallo, el cronograma de la ceremonia de apertura del año judicial la elabora el Cuerpo Diplomático presidido por el Nuncio Apostólico. Y que el protocolo de un acto de Doctorado Honoris Causa en una Universidad es decidido por los Cónsules que viven en la ciudad en cuestión. Y, lógicamente, si la eventual ceremonia donde se nombre a Margallo como Hijo Predilecto de Madrid sale mal y lo deja en mal lugar, él no dirigirá su ira contra "los de protocolo", sino que llamará a consultas al Embajador de... Islandia, pongo por caso. 


   ¡Ojalá los políticos dejaran su osada ignorancia a un lado y nos trataran, a los protocolistas, verdaderamente como terroristas de la solemnidad, tomándonos en serio y obedeciendo las instrucciones que damos con la mejor de nuestras intenciones y poniendo en ello toda nuestra formación, en aras de una correcta ejecución de los actos en los que participan! ¡Ojalá! Todo sería más fácil para ellos, para nosotros, para los demás intervinientes en el acto y para el público, que podría evitarse vergüenzas ajenas, mosqueos innecesarios y, sobre todo, recibiría correctamente el mensaje que se le pretende transmitir, disfrutando de actos fluidos y dignos que les hicieran sentirse orgullosos de lo que se hace en su ciudad, región, o nación... con sus impuestos. ¡Ojalá no permitamos que protocolo y política vayan tan de la mano y suavicemos esa indisoluble e indeseable conexión que existe hoy en día entre ellos! 

El Príncipe de Talleyrand y Périgord, quien fue homólogo de Margallo
en la Francia napoleónica, sí concedía al protocolo la importancia que se merece


   La tristeza que me produce esta politización del protocolo, donde los políticos lo usan a conveniencia y, si no pueden salirse con la suya, lo tratan con desdén y lo infravaloran, es inmensa. Menos mal que ahí están mis compañeros para recordarme una frase de Charles Maurice de Talleyrand que reza: "Sólo los necios se burlan del protocolo: simplifica la vida". Tendrá el Sr. Margallo, pues, que soportar el calificativo que sus declaraciones le merecen, precisamente, a un diplomático, que llegó a ser Primer Ministro de Francia. 

   Como siempre, en el medio está la virtud.




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