miércoles, 25 de abril de 2012

Los "Lindos Evangelistas"

   ¿Sabría alguien decir por qué en el Festival de Cine de Venecia, enmarcado dentro de la Biennale, el premio es el León de Oro y no una gacela de plata o un cedro tallado en bronce con incrustaciones?

Máximo galardón de la Mostra de Cine de Venecia: el León de Oro.

   Pues todo tiene que ver con el patrón de la ciudad, San Marcos. Este santo, uno de los cuatro Evangelistas, y cuya festividad se celebra hoy, día 25 de abril,  forma parte de la cuaterna de los "Tetramorfos", es decir, cuatro representaciones alegóricas de cada uno de los cuatro Evangelistas, siguiendo una visión del Profeta Ezequiel. Por orden, éstos son:

- San Mateo: originariamente llamado Leví, era un publicano (cobrador de impuestos) que invita a comer a Cristo a su casa y a partir de ahí cambia su vida y se convierte en uno de los doce Apóstoles.
   Su festividad se celebra el día 21 de septiembre, coincidiendo con el inicio del otoño. Y su representación es un hombre que suele ser configurado como un hombre alado o un ángel.

Icono de un ángel portando el Evangelio según San Mateo

- San Marcos: no conoció a Cristo en persona, pero sí aparece mencionado en el libro de "Hechos de los Apóstoles" donde se recogen los primeros pasos de los emisarios de Jesús. Sus reliquias se veneran en Venecia.
   Se conmemora, ya se ha dicho, el 25 de abril, y se representa con la figura de un león, que puede ser alado, lo más habitual, o áptero, en representaciones más recientes.

León dorado alado en la portada de la Basílica de San Marcos (Venecia)
- San Lucas: médico griego que, aunque no aparece mencionado en los Evangelios, sí se considera que estuvo en contacto con María, ya que es el único que hace mención a pasajes tan importantes de los primeros años de vida de Jesús como la visita de María a su prima Isabel o el nacimiento de Juan Bautista, o el extravío de Jesús con doce años y su hallazgo en medio de los sabios y doctores del Templo.
   Se celebra su fiesta el 18 de octubre, y se le representa como un buey, según se dice, por ser el único que hace mención a las condiciones en que vino al mundo Jesús: el pesebre.

Vidriera que representa a San Lucas, Evangelio en mano, y
detrás, la alegoría del buey alado, como es usual.

- San Juan: hermano menor de Santiago Apóstol, hijo de María Salomé y autor del Evangelio más elaborado e intenso, Juan es el más joven de los Apóstoles y es el que recibe en su casa a María tras la muerte de Jesús en la Cruz.
   Su festividad no es el 24 de junio (conmemoración del nacimiento de Juan Bautista, reciente el solsticio de verano), sino el 27 de diciembre, pasado el solsticio de invierno. Se le representa con un águila, y por eso Isabel II incluye en su blasón un águila, en honor a su padre Juan II y al santo.

Talla de San Juan Evangelista y estandarte de su Tercio,
donde se ve el águila sobre un libro que simboliza el Evangelio.
Imágenes de la Venerable, Real y Muy Ilustre Cofradía de María Santísima de Dolores de Ferrol.

   Aunque no es necesario aprenderse de memoria estos datos y puede que nunca lleguen a ser imprescindibles en nuestra vida laboral o personal, sí puede servir en algún momento para hacer un comentario, o bien para felicitar a los tocayos de los Evangelistas en sus onomásticas. Eso sin dejar de lado la famosa y cierta frase de que "el saber no ocupa lugar".

   Como siempre, en el medio está la virtud.

jueves, 12 de abril de 2012

¿Dónde me siento?


   Fíjense en un evento de cualquier naturaleza. Imaginen el principio, los primeros momentos, de llegada de invitados, saludos, reencuentros, presentaciones,... Si observan con atención, verán que se formula una pregunta recurrentemente: “Oye, y ¿yo dónde estoy?”.

   Siempre me ha hecho mucha gracia que alguien utilice esa expresión para averiguar cuál será su ubicación (asiento, principalmente) durante el acto. Dan ganas de responderle: “Está Ud. en el término municipal de …, provincia de ...”, pero abstengámonos, porque nadie está nunca de suficiente buen humor que no pueda cambiarlo diametralmente en fracciones de segundo.

Platea y palcos del Teatro Jofre (Ferrol)

   Ni que decir tiene que cuando no se ha previsto la protocolización de asientos (simplemente se practica ésta respecto de la mesa presidencial), sino que se deja que cada persona escoja libremente un lugar o se reserva simplemente una mesa o fila para invitados de honor (que ya estarán advertidos de que ostentan tal condición), este problema se reduce considerablemente.

   Pero aun en los supuestos de protocolización exhaustiva de asientos, esta inquietud, tan incómoda y nada deseable, que atenaza a los asistentes hasta el punto de impedirles disfrutar del evento en toda su plenitud hasta que no está resuelto el dilema, puede erradicarse. Haciendo una clasificación desde un enfoque económico, de más oneroso a menos gravoso, podrían indicarse las siguientes:

Una estricta Leslie Caron protocoliza eficientemente
aunque de viva voz los asientos en el almuerzo de "Le Divorce" (2003)

1) Contratar un equipo de asistentes o auxiliares pertrechados con planos y croquis donde aparece ubicado el asiento de cada invitado, y cuya función es acompañarle a su sitio u orientarle sobre dónde se encuentra.

2) En banquetes con una mesa imperial o rectangular, disponer de un mesero. Se trata de una pieza de piel que reproduce el plano de la mesa, con ranuras o huecos donde se introducen pequeñas etiquetas o tarjetas con los nombres de los comensales, según su ubicación.

3) Acompañar cada invitación con una tarjeta donde se reproduce el salón o espacio en un plano, con expreso señalamiento del lugar del invitado. Si se trata de banquetes, esta tarjeta puede entregarse a cada asistente durante los aperitivos.

4) En banquetes con varias mesas, colocar un panel. Este panel contiene en un único cuerpo todas las mesas, su disposición y la colocación de los invitados. Si se emplea el sistema mixto, es decir, simultanear panel y tarjetas individuales, se consigue mayor eficacia, aunque también se eleva el coste.

Panel donde los asientos se semiprotocolizan:
se indica la mesa, pero no el puesto concreto de cada comensal.
5) Que el anfitrión o su personal de protocolo se ocupe de indicar la ubicación a cada invitado. No es nada aconsejable este sistema, por motivos obvios (los responsables de protocolo están pendientes de más aspectos del evento que del acomodamiento de los asistentes, y el anfitrión no puede hacer esta labor porque se eternizaría y mientras tanto, estaría dejando a un lado sus deberes de anfitrión con respecto a los demás invitados), pero es sin duda el más económico.

   Si por cualquier motivo alguien ocupa un lugar que no le corresponde, se le hará saber de un modo amable, evitando cualquier azoramiento. Si la actitud del erróneamente sentado es de altivez o desprecio, se insistirá con un poco más de vehemencia. Cuando ni siquiera en esos casos se avenga a razones, sólo resta decir al legítimo usuario del asiento que se ha dado esta circunstancia. Si éste, con todo derecho aunque con poca consideración hacia el inocente anfitrión, porfía en ocupar su puesto, sólo restan dos opciones igualmente desagradables: llamar al personal de seguridad para que procedan a desaposentar al usurpador, o que ambos pretendientes al trono se batan en duelo sobre el jardín, parque o pradera más cercanos, pero NUNCA en pleno salón, delante de la concurrencia invitada al evento.

Grabado que representa el duelo entre Aaron Burr y Alexander Hamilton (1804)

   Deseando que no llegue la sangre al río, que la sensación de desasosiego locativo se desvanezca cuanto antes y que hayamos tenido buen tino a la hora de ordenar y distribuir a los asistentes en sus asientos, lo fundamental es que cada invitado pueda disfrutar del evento, banquete, ceremonia, concierto, espectáculo, etc. No olvidemos que es intolerable que el dónde, por mucha importancia que tenga, pueda llegar a eclipsar al qué.

   Como siempre, en el medio está la virtud