lunes, 16 de enero de 2012

Sistemas de colocación de invitados.

   Habiendo analizado ya la colocación de las presidencias según el tipo de mesa, el siguiente paso lógico pasa por desentrañar los distintos tipos de colocación de invitados. Estos sistemas son aplicables a cualquier tipo de mesa con doble presidencia, sea ésta francesa o inglesa, y sea la mesa redonda o rectangular.

   Con esto presente, pasemos a los sistemas de colocación que son, básicamente, dos.

1) Sistema cartesiano.- También conocido como “sistema en cruz” o “en aspa”. El invitado de mayor rango se sienta a la derecha del anfitrión, y el segundo invitado de mayor honor, a la derecha de la anfitriona. La tercer invitado de mayor distinción, a la izquierda del anfitrión, y el cuarto invitado, a la izquierda de la anfitriona. A partir de ahí, con ordenación de alternancia derecha-izquierda respecto de cada anfitrión o copresidente, se irán sentando el resto.



2) Sistema de reloj.- Denominado así porque la precedencia sigue el orden de las agujas del reloj. El invitado de mayor honor se sienta a la derecha del anfitrión, el segundo a su izquierda, y no a la derecha de la anfitriona, como pasaba en el caso anterior, ya que este puesto lo ocupa el tercer invitado, y el cuarto ocupa el de la izquierda de la anfitriona. Así, en el orden horario, se colocan los demás invitados.



   Para completar una perfecta distribución de los comensales, hemos de tener en cuenta, a la hora de establecer la precedencia de los mismos, su rango o cargo, sus títulos, su estado civil y su edad. Así, deberíamos sentar antes a un venerable anticuario casado que a un joven y soltero director de sucursal bancaria. Si somos muy hábiles y conocemos bien a los asistentes, podemos procurar que personas con intereses afines se sienten lo más próximos posible. Aparte de esto, en general, partiremos de unas premisas:

· un matrimonio no debe sentarse junto. Se conoce esta norma como “ley de descanso matrimonial” y debe extenderse su aplicación a matrimonios y parejas de análoga relación de convivencia, pero no a los novios o prometidos, quienes sí se sientan juntos (se dice simpáticamente que esta ley se aplica a las parejas desde el día siguiente a su boda o, a falta de ésta, a la mudanza para iniciar la vida en común). Hay dos posibles fundamentos, uno más malévolo que el otro. El positivo argumenta  que, como ellos están siempre juntos en sus cenas o almuerzos (o se supone) se les separa cuando comen con otras personas para que puedan interactuar con los demás. La otra explicación es que la posibilidad de discutir es inversamente proporcional a la distancia que los separe, en caso de matrimonios o parejas no demasiado bien avenidos.

Mesas en la boda de Su Alteza Victoria de Suecia

· además de la precedencia por su rango, la ubicación también ha de buscar un equilibrio de sexos, es decir, procuraremos alternar varón con mujer, evitando en la medida de lo posible que coman dos hombres juntos, o dos mujeres juntas. En caso de que sea imposible, la alternancia procurará respetarse a ambos lados de los anfitriones y/o de quienes copresidan. Obviamente, como ya se habrá deducido, en casos en que haya igual número de mujeres que de hombres, será MUY sencillo cumplir esta norma. Pero de no ser así, por fuerza habrán de sentarse dos o más personas del mismo sexo seguidas.

   A este respecto, y a igual representación de ambos sexos, hemos de tener en cuenta que las mesas compuestas por un número que sea doble de un non (seis, diez, catorce, dieciocho, ... personas) permitirán que presidan anfitrión y anfitriona, mientras que si el número es doble de un par (cuatro, ocho, doce, dieciséis, … personas), la anfitriona (o el anfitrión, según los casos) cederá su puesto al invitado masculino de mayor rango y ella se situará a su izquierda, para conservar su privilegio como anfitriona de dar su derecha al invitado de honor. Como es obvio, en este último caso, si los anfitriones son una pareja del mismo sexo, presiden ambos, sin complicaciones.

Mesa de 14 personas. Presiden anfitrión y anfitriona.

· pautas algo trasnochadas (a mi modo de ver) exigen que las mujeres no ocupen punta de mesa, hasta el punto de que será preferible sentar a dos mujeres juntas y trasladar a la punta a un varón, y advierten de que la mujer asume la precedencia de su marido, mientras que el marido no asume la precedencia de su esposa. Estas normas existen, y quien quiera puede aplicarlas, aunque hoy en día parecen carecer de sentido.

Mesa de 16 personas. La anfitriona cede su puesto al invitado de honor, y pasa a la izquierda.

   Teniendo presentes estas reglas de sencilla aplicación, una vez determinada la lista de sus precedencias, la colocación de los comensales se convierte en un sencillo rompecabezas que incluso entretiene (a mí, por lo menos), y ayuda a eliminar gran parte de la tensión que supone organizar un almuerzo o cena de un modo elegante y protocolario.

   De todos modos, siempre hay que estar preparados para que algún invitado pagado de sí mismo se queje de su sitio... incluso pueden llegar a quejarse de no presidir pese a estar en casa ajena, que todo se ha visto. A pesar de la necesaria prevención, confiemos en tener unos invitados encantadores y humildes y que ésto no suceda. No en vano, recordemos que “el deber del anfitrión es hacer sentir a sus invitados como en su propia casa, y el deber de los invitados es recordar que no están en su propia casa”.

   Como siempre, en el medio está la virtud



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