miércoles, 26 de marzo de 2014

Honrando a Don Adolfo

   A las 10:00 horas de ayer se ha cerrado la Puerta de los Leones del Congreso de los Diputados, finalizando el acceso a la capilla ardiente que se habilitó en el Salón de Pasos Perdidos para velar los restos mortales de Su Excelencia Don Adolfo Suárez González. Tras una hora de despedida íntima de la familia y más altas autoridades, se iniciaba la ceremonia de honores militares al Duque de Suárez.


La escalinata y la Puerta de los Leones, tras ser cerrada, y, una hora después,
una vez descendido ya el féretro a hombros del piquete de honor.

   A las 10:50 llegaba la bandera de España a la entrada principal del Congreso, ante una fuerza en posición de "firmes" con arma presentada, y era recibida por el himno nacional y voz de "Viva España", como exigen las Ordenanzas Militares. Acto seguido, las autoridades que estaban en el interior del Congreso procedieron a colocarse en la escalinata, a la espera de la salida del féretro por la Puerta de los Leones.


El Duque de Suárez, recibiendo honores,
y a punto de ser depositado sobre el armón de artillería.

   Puntualmente a las 11:00 el féretro, portado por el mismo piquete de honor del Regimiento Inmemorial del Rey número 1 que actuó en el mismo papel anteayer, hacía su salida del Congreso y, a pie de la escalinata, recibía honores de ordenanza: himno de España en su versión larga (como estipula el art. 37 del Reglamento de Honores Militares de 2010). Finalizado el himno, hizo su aparición un armón de artillería tirado por cuatro corceles. Sobre él se depositó el ataúd, y tras él marcharon dos oficiales con los cojines sobre los que descansaban los collares con que fue condecorado Don Adolfo Suárez, la unidad que rindió honores, y la familia y autoridades.


Todo listo para el inicio del cortejo hasta la Plaza de Cibeles,
y los portadores de los cojines con las dos condecoraciones

   El recorrido del cortejo fúnebre pasó por Neptuno y, al revés de lo que aconteciera con las exequias de Don Leopoldo Calvo Sotelo, no finalizó allí sino que continuó hasta la Plaza de Cibeles. La tropa que acompañaba al féretro llevaba las armas "a la funerala" (apuntando al suelo) y no llevaban cubierta la cabeza. Las demás unidades, iban cubiertos y con arma presentada. Tras dar la vuelta a la plaza, el cortejo se detuvo para presenciar el toque de oración, magistralmente interpretado por la banda, y la descarga de fusilería, que puso fin a los honores rendidos.


Ya en la Plaza de Cibeles, toque de oración y descarga de fusilería.

   El piquete de honor descendió el féretro del armón y lo introdujo en el coche fúnebre, en el cual viajó hasta Ávila, en cuyo claustro catedralicio quiso ser enterrado, junto a su esposa Dª Amparo Illana (sus restos mortales se recibieron en Ávila ayer), estando en una tumba cercana los restos mortales de D. Claudio Sánchez Albornoz, Presidente de la Segunda República en el exilio.


El inicio del cortejo y habiendo llegado a su destino, la Catedral de Ávila

   Ante la Catedral fue recibido por un piquete de honor formado por miembros de la Policía Local de Ávila, que introdujeron el féretro en la Catedral, tras ser interpretado el himno nacional en la plaza, y al son nuevamente del himno nacional interpretado por el órgano del templo, mientras el ataúd era colocado en el catafalco a pie de altar. En los primeros bancos del lado del Evangelio tomaron asiento los familiares del Duque de Suárez, mientras que los del lado de la Epístola se reservaron a las autoridades, encabezadas por el Presidente del Gobierno.



Interior del templo y cojines con las condecoraciones,
en el banco ubicado delante del que ocupaba la familia.


   La misa concelebrada fue oficiada por el Obispo de Ávila, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Jesús García Burillo, que portaba, al igual que el resto de concelebrantes y demás partícipes de las exequias, vestiduras moradas (aunque era la Solemnidad de la Anunciación y ello exige vestiduras blancas pese a tener lugar en tiempo de Cuaresma, al tratarse de un funeral, el morado -o el negro- se impone). La Eucaristía fue relativamente breve, lo que es de agradecer, y finalizó con la lectura de una misiva de pésame remitida por el gabinete de Su Santidad Francisco, que concedía la bendición apostólica a los presentes. 



Bendición de los restos mortales, y posterior traslado hacia el claustro de la Catedral.

   La inhumación en el claustro, tras la bendición de los restos mortales de Don Adolfo Suárez por aspersión e incensación y el traslado de los mismos por el piquete de honor de la Policía Local al son de la Letanía breve de los Santos, tuvo lugar ya fuera de cámara, por la necesidad y recomendación de intimidad que envuelve este tipo momentos. Con ella se dieron por terminadas las exequias, aunque no así el luto oficial, que durará hasta las 24:00 horas de hoy. La próxima cita para honrar la memoria de S.E. será el lunes 31 de marzo, en la Catedral de la Almudena.

Epitafio del sepulcro de los Excmos. Sres. Duques de Suárez:
"La concordia fue posible"

   Los actos de la jornada de ayer fueron solemnes, puntuales, y dignamente ejecutados, sobre todo los acaecidos en la Villa de Madrid. Se nota mucho cuando las Fuerzas Armadas se encargan de la organización de una ceremonia así. En la Catedral de Ávila el principal problema fue el escaso espacio, sobre todo circundando al catafalco y el ataúd, aunque por lo demás fue una liturgia más que correcta.

   Como siempre, en el medio está la virtud.




  Imágenes de TVE
 




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