martes, 13 de diciembre de 2011

De paseo, según la precedencia..

   Con ocasión de las vacaciones navideñas, muchas personas aprovechan para viajar, y quiero que sepan que un modo elegante y solemne de hacerlo. En efecto, una de las cosas que más me gusta del protocolo es que proporciona normas y pautas que facilitan todo tipo de materias, y los medios de transporte (por tierra, mar o aire) no podían ser una excepción. Así, la colocación en uno u otro asiento indica una diferente precedencia de los pasajeros, e igualmente el orden en que suben o bajan del mismo.

A veces, el chófer del coche de S.M. Doña Sofía es... ella misma.

   Desde el punto de vista de la precedencia, el lugar de mayor honor es el de la derecha del asiento trasero. Ello tiene fácil explicación si tenemos en cuenta que así la cabeza del chófer no interrumpe la vista de la camino, y que cuando el coche aparque estará del lado de la acera. Obviamente, como ya habrán adivinado, en países donde se conduce por la izquierda, esta regla también se invierte.

   El segundo asiento por orden de precedencia es el de la izquierda del asiento trasero (justo detrás del conductor). Si en este asiento viajan tres personas, la de menos precedencia ocupará el asiento central entre los dos ya mencionados. Si hubiere cuatro pasajeros más conductor, el cuarto asiento por precedencia es el del copiloto, habiendo de tener presente que no deberá conversar con el chófer a fin de no interferir la conversación mantenida en el asiento trasero.


   Si hay más asientos traseros, que antiguamente se llamaban “estrapontines”, podrán estar enfrentados o en línea, cuanto más atrás y, a igual distancia, a la derecha, esté el asiento, mayor precedencia.

   La persona de mayor jerarquía sube al coche en primer lugar, y baja la última. Cuando tres personas ocupen el mismo asiento, en vez de subir primero la número 2 en precedencia, subirá antes la número 3, por motivos obvios, para ocupar el sitio central. Por esto mismo, siempre que sea posible, este asiento central lo ocupará un hombre, porque le será más fácil, y con menos riesgo de arrugas, que a una señora ataviada con vestido.


    En avión, el sitio de mayor precedencia será el de primera fila, junto a la ventanilla de la derecha. Los demás se distribuyen en función de fila (cuanto más adelantado, mayor precedencia) y derecha. Igual regla entiendo que ha de aplicarse a los viajes ferroviarios.

   La personalidad más relevante sube la última y desciende la primera. Igual regla entiendo que ha de aplicarse a los viajes ferroviarios.


   En el barco la precedencia se determina en función de la lejanía de las bordas, quedando el sitio de honor del lado de crujía (centro de la cubierta). Los demás se distribuyen en función de fila (cuanto más adelantado, mayor precedencia) y alternancia estribor-babor partiendo de crujía.

   El orden de embarque es igual que para los aviones: el de mayor precedencia embarca el último y desembarca el primero.


   Con estas instrucciones, ya podemos saber exactamente qué lugar ocupamos en un medio de transporte... ¡pero que no sirva de pretexto para protestar por un asiento mejor! Recordemos que lo mejor de un viaje es la compañía, lo que se aprende y el viaje en sí, y disfrutémoslo en lo que vale. ¡Bon voyage!

   Como siempre, en el medio está la virtud.

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